¿Es posible patentar una invención antes de comercializarla?

Patentar una invención antes de comercializarla

Muchos emprendedores y profesionales detectan, cada cierto tiempo, soluciones y nuevas ideas a ciertos problemas que sufre un número determinado de la población. Y para hacerles la vida más fácil a estos usuarios, deciden integrar esa solución a sus negocios. 

El problema es que muchos piensan que esa nueva idea o invento no se les va a ocurrir a nadie más. Y eso es un error. Aunque te cueste creerlo, si no proteges tu invención antes de comercializarla, estás expuesto a muchos riesgos. De hecho, patentar una invención antes de comercializarla es necesario para impedir que terceros se apropien de la fabricación o comercialización de ese producto o procedimiento. 

A continuación, veremos cómo es el procedimiento paso a paso para registrar una invención y así conseguir el derecho exclusivo sobre ella, impidiendo que otros lucren sin el consentimiento de su inventor. 

Cómo patentar una invención: 4 Pasos básicos

En líneas generales, hay que seguir 4 pasos, siguiendo este orden lógico, para patentar un invento de forma eficaz y rápida: 

1. Conocer los requisitos para patentar una invención

En primer lugar, debes asegurarte de que tu invención cumple con estos requisitos para que pueda protegerse como patente:

  • Novedad: El invento debe ser novedoso, es decir, no debe existir con anterioridad en el estado de la técnica o, lo que es lo mismo, la invención no debe haber sido divulgada previamente a terceras personas..
  • Actividad o altura inventiva: Que el invento no sea una solución evidente para un experto en la materia sobre la que versa la invención ni sea una derivación obvia del estado de la técnica.
  • Utilidad o aplicación industrial: Que la invención sea útil o aplicable industrialmente, es decir, que pueda fabricarse o utilizarse en algún tipo de industria. Básicamente, este requisito responde a las preguntas “¿Es esta invención útil?, ¿qué aplicación industrial tiene esta invención?” Ello significa que basta que la invención solucione un problema, pero no implica que sea necesariamente comercializable, por ejemplo, porque es caro hacerlo. En este último caso, igualmente, es posible obtener la protección.

2. Proceso de investigación previo

El siguiente paso será investigar qué documentos existen hasta el momento, relacionados con ese invento. Esta información puedes encontrarla en los organismo oficiales pertinentes de Patentes, tanto a nivel nacional como internacional, y en localizadores de patentes como Invenes, Latipat o Espacenet

Una vez llevada a cabo la investigación, llegaremos a dos conclusiones:

  1. Se cumplen los requisitos y se procede a solicitar una Patente de invención.
  2. No se cumplen los requisitos para patentar, pero aún es posible protegerla como modelo de utilidad. 

Y, ¿en qué se diferencia una patente de invención de un modelo de utilidad? Mientras que como patente puede registrarse un procedimiento, un aparato, una fórmula, un medicamento o un método de fabricación, como modelo de utilidad puede registrarse un utensilio, una herramienta, un dispositivo o parte de ese, una mejora técnica o invenciones mecánicas.

Concretamente, los modelos de utilidad pueden entenderse como una “pequeña patente” desde que los requisitos para su protección son menos estrictos que para la obtención de una patente de invención. En otras palabras, la obtención de un modelo de utilidad no requiere altura o actividad inventiva o este requisito es más laxo. Asimismo, el plazo de duración de su protección es menor (varía entre 7 y 10 años, mientras que la patente es de 20 años). Así, en general, el proceso de registro de los modelos de utilidad es considerablemente más sencillo y rápido que en comparación con el registro de una patente de invención.

3. Redactar una memoria descriptiva

La siguiente etapa para patentar una invención es elaborar una memoria en la que debe quedar reflejada la parte técnica del invento. En ella se debe describir minuciosamente cada una de las características de la invención, haciendo hincapié en la novedad. 

Esta debe redactarse de acuerdo con la Ley de Patentes y estará compuesta por esta estructura:

  • Título conciso que designe al invento.
  • Resumen de la información técnica.
  • Descripción al detalle.
  • Reivindicaciones, esta es la parte que define y delimita la protección.
  • Dibujos que ayudan a entender el invento.

4. Tramitación 

El último paso es la tramitación de la solicitud. Aquí deberás rellenar los formularios de la solicitud de patente de invención para su presentación ante las oficinas de propiedad industrial del país donde deseas registrar tu invención. Junto con ello, deberás pagar las tasas oficiales que correspondan, las que varían de jurisdicción en jurisdicción. Por ejemplo, en España la solicitud debe presentarse en la OEPM (Oficina Española de Patentes y Marcas), en Chile ante INAPI (Instituto Nacional de Propiedad Industrial), en África en la OAPI (Organización Africana de la Propiedad Intelectual) para alguno de los 17 países miembros de dicha organización, en Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo debe presentarse en BOIP (Oficina de Benelux para la Propiedad Intelectual), etc. Algunas de las oficinas permiten la presentación en línea. Al efecto, es interesante considerar el sistema internacional de patentes de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, conocido como PCT (Tratado de Cooperación en Materia de Patentes), que permite la obtención de patentes en un gran número de países con un procedimiento más expedito que si se presentara una en cada país por separado.

Una vez obtenido el registro de patente de invención, la oficina respectiva te otorgará un número de registro de patente, lo que significa que desde ese momento tienes derecho exclusivo sobre la invención que has patentado. 

Una cosa a tener en cuenta es que la patente de invención quedará protegida sólo en el país donde la registres. Esto quiere decir que se trata de un derecho territorial y que, dependiendo de tu presupuesto e interés geográfico, en un plazo de 12 meses (a partir de la fecha de la primera solicitud) tienes la opción de extender la protección a otro país de tu interés.

Cada Oficina de Patentes se rige por la legislación interna de su país para efectos de la tramitación de los procedimientos de registro de patentes de invención. Por ello, es importante contar con la asesoría de un abogado experto en esta área que asista al inventor y solicitante en los procedimientos de esta naturaleza. Las búsquedas internacionales no son fáciles de hacer, y generalmente se requiere la ayuda de personas conocedoras del tema. Por otra parte, hechas las búsquedas internacionales, si la invención cuenta con la suficiente novedad, altura o actividad inventiva y posee aplicación industrial, la etapa más importante en el procedimiento de registro de patentes de invención es justamente la presentación de la solicitud. La gran mayoría de las personas que intentan ésto sin la asistencia de un abogado, cometen innumerables errores de forma que, posteriormente, implican pérdida de tiempo y dinero en subsecuentes e innumerables rectificaciones a la solicitud, sea a la memoria descriptiva, al pliego de reivindicaciones o a los dibujos presentados al efecto. 

¿Es recomendable patentar una invención antes de comercializarla?

Sí. Siempre es recomendable patentar una invención antes de comercializarla, porque así el inventor puede decidir quién puede fabricar o comercializar su invento. Así, nadie puede comercializar ese invento o procedimiento, ni beneficiarse de él sin que el titular dé su aprobación. 

Una vez que tu invención ya está protegido como patente o modelo de utilidad, entonces, podrás empezar a comercializarla para que tu invento sea rentable. No olvides que a partir de aquí te toca captar clientes, inversores, dar visibilidad a tu propuesta de valor y comunicar de forma transparente los beneficios de tu invención.

Desarrollar un nuevo invento supone mucho esfuerzo y trabajo, y pensar en cómo patentar una invención es un peso más en ese proceso. Pero es necesario para asegurarte que todo está bien protegido. Si, además, vas a comercializarlo no olvides registrar la marca bajo la que vas a venderlo. ¡No dejes ningún cabo suelto!

 

Autor: Edith Gómez

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